lunes, 16 de agosto de 2010

“Papá fue otro luego de su detención". Declararon los hijos de Manuel Zolecio

Tres de los cinco hijos de Manuel Zolecio, una de las víctimas que más sufrió las torturas en la Seccional Primera,  remarcaron que el mes de detención significó para el padre un punto de inflexión en su vida. "Hasta mayo fue un papá, y después otro", coincidieron en afirmar Patricia Laura, Claudia Celia y Héctor Germán, siendo éste último el único que recordó dos nombres de los represores señalados por su padre cuando se los cruzaba por la calle: Oscar Yorio y Roberto Fiorucci.

Según relata el diario La Arena, el entonces director de Ceremonial y Seguridad de la Gobernación de José Aquiles Regazzolli fue detenido ilegalmente en abril de 1976 y trasladado a la Primera. Esa misma noche, en el Tiro Federal, fue "atado a un poste y sometido a un interrogatorio bajo la aplicación de golpes y picana eléctrica" en los testículos y en una pierna.

En la investigación abierta en 1984 Zolecio declaró que "el dolor fue tan intenso” que solicitó que le pegaran un tiro. Un policía, Carlos Sotelo, afirmó que "fue el detenido que más sufrió los golpes brutales de los oficiales", a tal punto que a las dos semanas fue internado en el hospital Lucio Molas de la capital pampeana.

Su hija Patricia se quebró al recordar que al volver de su detención “era un hombre destruido, al que despidieron del trabajo porque había estado preso. Lloraba como un chico... no era el mismo", resumió.
La otra hija, Claudia, recordó que su mamá iba todos los días a pedir explicaciones  a Baraldini, pero éste jamás le atendió. "Mi novio lo fue a buscar cuando salió de la Primera. Cuando volvió a casa era un hombre muy anciano, parecía 20 años mayor; estaba destruido. Le costó muchísimo recuperarse", expresó. Por las lesiones sufridas quedó rengo de una pierna y más adelante tuvo que operarse de la cadera. “Con el tiempo dijo que lo habían torturado, picaneado y golpeado", contó.

Germán, el único de los hermanos que estaba en la casa cuando se llevaron a su padre, pese a tener 9 años en aquel entonces explicó que Zolecio "tenía 49 años, Era sano y de contextura grande. Hasta mayo había sido un papá; después fue otro. Estaba deteriorado física y psicológicamente, y estuvo bajo tratamiento psiquiátrico. A la noche soñaba y gritaba. Tenía un estado constante de alteración. La picana se la daban vendado en una especie de camilla o escritorio de metal, y él adjudicaba su problemas en la pierna a que lo dejaban con las rodillas colgando. Le preguntaban por cosas insólitas, disparatadas, como si tal día se había ido de joda a Buenos Aires. También lo amenazaron diciéndole: 'Sabemos que tus hijos estudian en Buenos Aires. Los vamos a limpiar porque militan en la izquierda”, relató.

Para finalizar, destacó que su padre “nunca” les inculcó “odio, ni bronca, ni revancha, ni venganza. Sólo quería justicia. Ojalá hubiera podido estar hoy acá", ansió.

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